Hemos vivido miles de años vulneradas por un sistema social que desvaloriza lo femenino; esto ha significado desvincularnos de los valores asociados a la energía femenina y convertirnos en personas altamente demandadas.
A pesar de lo difícil que ha sido habitar espacios inimaginables para nosotras las mujeres, hemos logrado trascender ciertos valores impuestos por el patriarcado y hemos vuelto a dialogar con profundos sueños que dormían anestesiados dentro de nuestros corazones femeninos.
Hoy día no todo está centrado en lo que sucede en lo externo; hoy también es posible habitar un espacio que otorgue bienestar, que nos conecte con nuestras emociones y nos permita aprender a escuchar nuestro propio corazón.
En algún momento de la vida toda mujer despierta y comienza el regreso a la casa interior; reconciliarse con la propia Energía Femenina es imprescindible para recuperar la propia vida y encender la hoguera del alma. Comenzar el viaje del Ser Mujer requiere una inusual rebeldía, un sentido espiritual y un gran deseo de volver a sentirse plena. Una mujer sana, es el pilar de una sociedad sana. Una mujer sana vive en