La vida es un flujo vivo y si la observamos pausadamente, esta nos muestra su eterno movimiento, cíclico como la tierra, vivo como cada una de nosotras; esta metamorfosis silenciosa que sucede casi imperceptible para algunas, puede volverse tan profunda y sagrada para otras; y es acá donde el Coaching vivo permite que este flujo brote al ritmo propio de cada mujer.
Tener claro un propósito para trabajar es fundamental para recibir un acompañamiento de Coaching, sin embargo, no lo es todo.
Cuando decidimos ‘parar’ y enfocar la atención hacia un nuevo rumbo, es cuando estamos listas para comenzar el viaje evolutivo femenino, por ello es importante conocerse y tomar conciencia del ritmo indicado, conociendo los tiempos internos y atreviéndose a cuestionar las propias necesidades.
El acompañamiento con Wild Coach. permite que ese flujo sea atendido con respeto, contemplando aportar a quien lo recibe, cuatro elementos que sustentan el Coaching como herramienta de vida: Visión, Desarrollo personal, Movimiento adecuado y Compromiso.
Debido a que la mujer se ha encontrado hace miles de años bajo una sociedad que ha quebrado su poder, los laberintos donde duerme anestesiada la memoria de lo femenino la tiene atrapada en un modelo auto-exigente y poco respetuoso con ella misma; para que ella pueda liberarse del modelo enraizado en su propia psiquis, necesita mirar de frente aquellos recovecos del alma y atravesarlos con rebeldía.
Quien busque conquistar ese lugar deberá realizar un profundo viaje de transformación personal, ya que desbloqueando el caos e iluminando las sombras se podrán realmente soltar las amarras que atan.
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